
ahora lean este segmento del libro de Jodorowsky "Las ansias carnívoras de la nada". La verdad es que no lo he leído, pero cuando leí este fragmento, con ese orden caótico, me encantó, me recordó aquellas películas dirigidas por Alejandro, en su faceta de director. de esos libros que te hacen pensar, que de no entender nada termina abriéndose un mundo nuevo en nuestras mentes. Este fragmento se puede encontrar en internet en una página destinada a la cultura.
de hecho, esa estrucutra tiene una explicación, y él mismo la da. "Ésta es mi segunda novela. La escribí en 1970 y fue publicada por primera vez, en una edición muy limitada (500 ejemplares), en Santiago de Chile en 1995. No fue mi intención entretener a un gran público sino proponer un espejo a lectores deseosos de aventurarse en los misterios de su propio ser. (...) Llevado por mi ardiente deseo de evadirme de la novela costumbrista, realista mágica o didáctica-social, con su aristotélica construcción en tres actos, comienzo-nudo-desenlace, cuajada de lluvias de flores, chamanes drogados, patriarcas con olor a queso de cabra, amores entre vejetes, putas santas, jergas indígenas, muertos que no saben que han muerto..., me dije: voy a presentar un héroe con el que el lector de ninguna manera pueda identificarse. No será uno sino tres. ¿Por qué no? Los teólogos nos han dividido a Dios en tres, Padre-Hijo-Espíritu Santo; tres ciegas con un solo ojo, órgano común que se lo pasan de cuenca a cuenca, son las Gorgonas; el hombre cabalístico consta de tres partes: Guff (el cuerpo), Nephesh (el alma) y Neshamah (el espíritu)... Peor aún: a los integrantes de mi heroico trío no se les verá el cuerpo ni la cara, porque irán cubiertos de ropa de pies a cabeza; habrán perdido la memoria; cada persona los captará de forma diferente. ¿Son estudiantes, ángeles, asesinos, viejos, niños? ¿Buscan o son buscados? ¿Saben que saben o no saben que no saben?"
1. Son ángeles...
1. Son ángeles...
Los ángeles no existen, sé que estoy soñando. Hablo solo, como
de costumbre. Y sin embargo la orden fatal ha sido dada. Entre
nubes negras, demasiado bellos, vienen bajando. ¡No! ¡No es
posible! ¡No pueden pagar justos por pecadores! Impecables ángeles
del castigo, si en este país encuentran cincuenta justos no lo
destruyen, ¿verdad? Tampoco lo destruyen si encuentran treinta
justos, diez justos, ¿verdad? ¿Y si hay siete justos? ¿Cinco
justos? ¿Tres justos? ¿Un solo justo? ¡Cabrones, no están aquí
para destruir! ¡Están aquí para encontrar ese justo! ¿Por qué nos
destruyen sin buscarlo? ¡Ángeles asesinos! Evítenme este
gigantesco ronquido de bestia en celo. Mis orejas sangran. ¡Y en
la oscuridad del exceso de luz, con dolor de útero, debo aceptar
otra vez la espantosa explosión! ¡No! ¡Tengo que abrir los ojos,
tengo que chillar, encontrar la puerta, volver a la realidad! ¿He
despertado? Otra vez el silencio marmóreo de ese océano sin
olas... Otra vez esta playa desplomada, este camino de tierra que
termina frente al muro cortado a pico de la Cordillera. Otra vez
la vieja viga horizontal atravesada por rayas blancas y negras
indicando que en esas inmensas rocas comienza o termina el país.
Mi caseta de madera podrida se yergue junto al límite inútil. Y
allí adentro, sentado, soldado polvoriento, guardián fronterizo,
yo, con los ojos abiertos, trato de escapar de la pesadilla...
Estoy despierto. El viento hace desfilar frente a mis zapatos sin
suelas un río de latas de conserva vacías. Ésta es mi paz, este es
mi mundo. El televisor, brillante, sin una partícula de polvo, no
paro de limpiarlo, es lo único que limpio, nunca ha cesado de
funcionar. Y en la pantalla, al mismo tiempo que yo, mi General,
hermoso hombre de mil años, moreno, con los bigotes engominados y
el mentón de ébano, deja de roncar, abre los ojos, bosteza, me
mira, me habla:
¡CUANDO YO DUERMO EL PAÍS DUERME! ¡CUANDO YO ME DESPIERTO, EL PAÍS SE
DESPIERTA! ¡LIBERTAD ES OBEDECER MI LEY! ¡NINGÚN CIUDADANO DEBE REALIZAR
ACTOS VOLUNTARIOS! ¡POR LA FELICIDAD Y EL BIEN DE TODOS SÓLO YO SÉ HACIA
DÓNDE VAMOS Y POR QUÉ VAMOS! ¡NO DESEO QUEMARLOS, SINO ENSEÑARLES A TENER
MIEDO AL FUEGO! ¡APRENDAN A RESPETAR EL ARCA, LA TRAMPA, LA FORMA, EL
CUBO, LO DENSO, LO CONCRETO, LA BOCA DEL DRAGÓN QUE SE ABRE EN FORMA DE
BOSTEZO! ¡MUERA EL ESTORNUDO, VIVA EL HIPOPÓTAMO! ¡ABAJO EL HALCÓN,
ARRIBA EL SABLE ENVAINADO! ¡NO A LOS JINETES DEL APOCALIPSIS, SÍ A LA
JERUSALÉN CELESTE POR CUADRADA".
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